Pu e de que no sea rubia, que no tenga ojos azules o claros, que no sea alta, que no tenga tipazo, que no me guste el plátano o las nueces. Puede que no sepa bailar bien, que no tenga talento para el tango, que no me guste la música clásica, es más me duerme; puede que sea desordenada y un desastre, que pierda las cosas y las encuentre cuando ya no me sirven. Que me caiga con regularidad o tropiece continuamente, que me tengan que vendar una mano por un accidente muy absurdo, puede que no sepa controlarme demasiado cuando bebo, que me altere la C oca Cola y puede que me ilusione demasiado. Puede que le de demasiada importancia a cosas absurdas, que me guste que me abracen, puede que deteste la sopa o adore la ensalada. Puede que siempre se me olvide como se juega al póquer, o que sea mala jugando al ajedrez o a las damas; puede que sea una patosa, que grite al hablar y encima lo haga rápido. Puede que no tenga buena memoria, que sea mala con las mates y la física, que odie los