Cree en ti misma.

Mírate al espejo en ese momento en que piensas que todo va mal, que no puedes confiar en nadie, pero date cuenta de que sí. Puedes confiar en esa persona que se encuentra al otro lado de ese brillante cristal que si se rompe dicen que trae mala suerte; puedes confiar en tu reflejo; puedes confiar en tu persona. ¿Qué mejor persona que tú misma para guardar un secreto? ¿Qué mejor persona que tú misma para secarte esas lágrimas? Cuando pienses que no puedes creen en nadie ni en nada, que jamás tendrás a alguien a tu lado y que estar sola rodeada de mucha gente; piensa que hay un ser que jamás te abandonará, que siempre permanecerá muy cerca de ti, tan cerca que podrás oír y sentir los latidos de su corazón. Esa persona, sin duda, eres tú, tú misma, y nadie más, cree en ti. Si quieres volar hazlo, pero te recomiendo que sea en sueños, la gravedad existe. Pero si quieres correr, adelante, nadie ha de detenerte, ya se trate de una persona, de una hormiga o de Buzz Lightyear. No dejes de soñar, cree en ti misma e intenta todas esas cosas que siempre te gustaría lograr, no te rindas. ¿Qué pierdes por intentarlo? Poco, o más bien nada. Los grandes genios no se rinden cuando no pueden realizar un cálculo; las mejores estrellas de la música jamás se rinden cuando no llegan a una nota; los buenos actores nunca se rinden cuando no sale bien esa escena del beso más importante y especial de la película. Piensa que eres un pequeño o gran genio, un cante, o simplemente una fabulosa persona y sigue adelante, con tu mochila y tus sueños en la espalda.

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