No sé como lo consigues.


Le quiero, le quiero como nunca antes he querido a nadie. Le necesito, para vivir día a día, porque el día que no lo veo todo en mi cabeza se vuelve gris, el corazón se me encoge y no tengo fuerzas para nada. Pero lo peor, lo peor es cuando estás con ella, y yo sé que me estás mirando, lo sé, pero tú lo disimulas, y lo disimulas tan bien, que en ocasiones llego a pensar que estás enfadado conmigo, y me duele, me hace tanto daño que llego a sentir que el corazón se me rompe en mil pedazos, que deja de latir, que no se mueve, que se paraliza, que en cualquiero segundo va a decir ¡¡basta!! y se parará definitivamente. Pero no sé como cada vez que voy a llegar a ese extremo, ella se va, se va y tú te giras, caminas hacia a mí, te colocas a mi lado y comienzas a hablarme, diciendo tantas tonterías, que todos los sentimientos que hacía diez segundos se alojaban en mí, desaparecen, convirtiéndose en una gran carcajada, que sitúa en mi cara una sonrisa que perdura durante mucho tiempo.

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